En el sur de la Ciudad de México, en medio del bullicio urbano y rodeado por la modernidad, se encuentra un sitio arqueológico que guarda los secretos de una civilización ancestral: Cuicuilco. Este antiguo centro ceremonial, que floreció entre los años 800 a.C. y 250 d.C., es uno de los asentamientos más antiguos y significativos del Valle de México, ofreciendo una ventana fascinante al pasado prehispánico de la región. A pesar de haber sido parcialmente destruido por la erupción del volcán Xitle, Cuicuilco sigue siendo un testimonio imponente de la grandeza y la complejidad de las sociedades que habitaron esta tierra antes de la llegada de los españoles.
Un Centro Ceremonial Milenario
Cuicuilco, cuyo nombre significa “lugar donde se hacen cantos” en náhuatl, fue un importante centro religioso, político y económico durante el periodo Preclásico Medio y Tardío. Su ubicación estratégica, cerca de fuentes de agua y tierras fértiles, favoreció su desarrollo y su influencia se extendió por gran parte del Valle de México. Los habitantes de Cuicuilco eran agricultores hábiles, cultivando maíz, frijol, calabaza y otros productos. También eran expertos artesanos, produciendo cerámica, objetos de obsidiana y figurillas de barro.
El elemento más distintivo de Cuicuilco es su gran pirámide circular, conocida como el Gran Basamento. Esta estructura monumental, construida en varias etapas a lo largo de su historia, tiene un diámetro de aproximadamente 110 metros y una altura de 27 metros. Su forma circular es única en Mesoamérica y se cree que estaba dedicada a la deidad del fuego, Huehuetéotl. La pirámide era el centro neurálgico del sitio, donde se llevaban a cabo ceremonias religiosas y rituales.
Además del Gran Basamento, Cuicuilco cuenta con otras estructuras importantes, como plataformas, altares y áreas residenciales. Estas construcciones, aunque en su mayoría cubiertas por la lava del Xitle, revelan la complejidad de la organización social y la planificación urbana de la ciudad. Los arqueólogos han descubierto en Cuicuilco una gran cantidad de artefactos, incluyendo cerámica, figurillas, herramientas y restos humanos, que proporcionan información valiosa sobre la vida y las costumbres de sus habitantes.
La Erupción del Xitle y el Fin de una Era
La historia de Cuicuilco llegó a un abrupto final alrededor del año 250 d.C., cuando el volcán Xitle, ubicado al sur del Valle de México, entró en erupción. La lava del volcán cubrió gran parte de la ciudad, obligando a sus habitantes a abandonarla. Este evento catastrófico marcó el fin de Cuicuilco como un centro importante y tuvo un impacto significativo en la historia del Valle de México.
A pesar de la destrucción causada por la erupción, Cuicuilco no fue completamente olvidado. Los pueblos que surgieron después, como Teotihuacan, reconocieron la importancia del sitio y lo consideraron un lugar sagrado. Se cree que la erupción del Xitle y la destrucción de Cuicuilco contribuyeron al surgimiento de Teotihuacan como el centro dominante en el Valle de México.
Exploración y Descubrimiento
El sitio arqueológico de Cuicuilco fue redescubierto en el siglo XX, cuando comenzaron las excavaciones y los trabajos de investigación. Manuel Gamio fue uno de los pioneros en el estudio de Cuicuilco, realizando excavaciones a principios del siglo XX. Más tarde, otros arqueólogos, como Byron Cummings y Eduardo Noguera, continuaron con las investigaciones, revelando la magnitud y la importancia del sitio.
Las excavaciones en Cuicuilco han sido desafiantes debido a la gran cantidad de lava que cubre gran parte del sitio. Sin embargo, los arqueólogos han logrado descubrir importantes estructuras y artefactos, que han permitido reconstruir la historia y la cultura de Cuicuilco. El Gran Basamento ha sido parcialmente restaurado y es posible visitarlo, ofreciendo una vista impresionante de la antigua ciudad.
Cuicuilco en la Actualidad
Hoy en día, Cuicuilco es un sitio arqueológico abierto al público, aunque gran parte de la antigua ciudad permanece cubierta por la lava. El Gran Basamento es la estructura más visible y visitada, ofreciendo una perspectiva única de la arquitectura prehispánica. El sitio cuenta con un pequeño museo que exhibe algunos de los artefactos encontrados en la zona, proporcionando contexto histórico y cultural a los visitantes.

A pesar de su importancia histórica y cultural, Cuicuilco enfrenta diversos desafíos en la actualidad. La expansión urbana de la Ciudad de México ha amenazado la integridad del sitio, y la contaminación y el vandalismo representan una preocupación constante. Sin embargo, los esfuerzos de conservación y protección continúan, buscando preservar este valioso legado para las futuras generaciones.
Visitar Cuicuilco es una experiencia única que permite conectar con el pasado prehispánico de México. Caminar por los restos de esta antigua ciudad, contemplar el Gran Basamento y reflexionar sobre la vida de sus habitantes es un viaje en el tiempo que enriquece nuestra comprensión de la historia y la cultura de este país. Cuicuilco, a pesar de su destrucción parcial, sigue siendo un testimonio imponente de la grandeza y la complejidad de las civilizaciones que florecieron en el Valle de México, un lugar donde el pasado resuena con fuerza en el presente.